San Fruttuoso es un pequeño pueblo pesquero, una pequeña joya Ligura, enclavada entre el mar y la montaña, dentro del Parco Naturale Regionale di Portofino; una pequeña bahía que se refleja en el mar cristalino. La población consta de unas sencillas casas de pescadores, una torre y una elegante abadía junto a una pequeña ensenada natural a lo largo de una costa montañosa que ha conservado su belleza inalterada durante siglos.

La Abbazia di San Fruttuoso fue construida en el S. VIII por un grupo de monjes cuando encontró un emplazamiento adecuado para una iglesia en esta bahía y su manantial de agua dulce. Cuenta la leyenda que su construcción fue encargada por el propio San Fruttuoso quien mostró la bahía en sueños a Próspero, obispo de Tarragona, que había huido de España llevando las cenizas del santo a un lugar seguro. La actual data de una reconstrucción de los Ss. X-XI por orden de Adelaida de Borgoña, viuda de Otón I. La familia Doria la donó al FAI, quien la gestiona. Cada año, la abadía atrae a miles de visitantes, atraídos por sus vistas panorámicas y su impresionante paisaje. Está situada en la Baia di San Fruttuoso, también conocida como Capodimonte, en una profunda ensenada de la costa de Liguria. Además de monasterio fue también guarida de piratas, un humilde refugio de pescadores y, finalmente, en la residencia de la princesa de la familia Doria. Es un ejemplo perfectamente conservado de la arquitectura románica ligur, construida con mármol blanco y pizarra de los valles cercanos. El complejo incluye la iglesia medieval, el claustro, el museo, la cripta con las tumbas Doria y la imponente Torre Doria. La iglesia abacial, a la que se accede a través de una pequeña sacristía, se divide en dos espacios: uno que data del S. X, con yeso y suelo originales, y otro construido posteriormente, cuando los monjes abandonaron el edificio. El cuerpo central se amplió y modificó, añadiendo la hermosa logia que aún domina la playa y la construcción de la torre de vigilancia. La cúpula fue construida en el S. VIII y reconstruida entre los Ss. X y XI gracias a la intervención de la familia Doria, que encargó su ampliación. El interior alberga un claustro alto, un espacio silencioso del S. XII y reconstruido en el S. XVI por orden del almirante Andrea Doria, tiene vistas al mar y está decorado con bóvedas de crucería, columnas de mármol y una logia románica. Se asciende al segundo piso, donde las ventanas góticas de triple ojiva y la rectoría revelan un pequeño jardín secreto. El claustro bajo, construido en el S. X, alberga las tumbas de la familia Doria (con un total de siete tumbas de piedra gris y mármol blanco, junto con un sarcófago romano y dos tumbas anónimas), es la parte más antigua del complejo, con columnas de mármol blanco y verde rematadas con capiteles ricamente decorados con motivos vegetales y animales mientras que los estucos de las esquinas son de de piedra del Monte Portofino. La Cripta data del S. XIII y alberga un precioso cofre de plata que contiene las reliquias de los mártires Augurio, Eulogio y Fruttuoso. Además de una iglesia privada situada en la segunda planta (esta fue construida en el S. XIII y podrás admirar las dobles filas de ventanas góticas de triple ojiva) guarda una réplica del Cristo del Abismo. La abadía alberga un museo que recorre su historia con una exposición de objetos desenterrados durante la restauración de 1983 por la FAI. En la primera planta podrás admirar objetos de mármol como la cabeza del emperador Adriano del S. II d.C. La iglesia medieval, conocida también como «monástica», consta de una sala con un ábside utilizado como capilla. La abadía benedictina ofrece visitas guiadas y eventos especiales durante todo el año.

El Museo se encuentra en el interior de la iglesia. Exhibe artefactos y objetos descubiertos durante la restauración, incluyendo vajillas de cerámica de los Ss. XIII y XIV. Las vitrinas narran la vida cotidiana de los monjes y ofrecen una visión tangible y conmovedora del pasado de la abadía.

La Torre Doria fue construida en forma octogonal en 1562 (aunque la torre original databa del S. X) y se ubica en el exterior de la abadía, protegiendo la bahía y su fuente de agua de los ataques de piratas sarracenos. Estaba equipada con artillería ligera y pesada, en concreto tres cañones de bronce, un bombardero, 33 mosquetes y también arcabuces. Su altura es de 20 m. Las restauraciones promovidas por la FAI han sacado a la luz frescos y decoraciones, incluyendo el escudo de armas del águila de los Doria. La torre se caracteriza por dos filas de ventanas de triple ojiva. No te pierdas subir a la terraza para disfrutar de una vista espectacular del mar.

La Bahía di San Fruttuoso o Bahía di Capodimonte, es una de las joyas de Liguria y está situada frente a la costa de Camogli, no muy lejos del Parco Naturale di Portofino. Tiene de todo: senderismo, mar, buceo, arte, historia, cultura y, por supuesto, una playa realmente excepcional.

La Spiaggia se encuentra justo delante de la abadía, es una pequeña lengua de guijarros blancos y arena donde podrás tener alguna hora de relax tras tu visita al complejo. La playa se divide en dos: una adaptada y una libre. El agua es realmente transparente y el contraste entre las rocas más oscuras y el verde de las montañas crea una vista impresionante.

El Cristo degli Abissi es una estatua de bronce de 2 m de altura que está sumergida a 15 m en las aguas turquesas frente a la abadía y que representa al Redentor con los brazos en alto en un claro gesto de bendición. Fue construida por Guido Galletti en 1954 gracias a una idea Duilio Marcante para honrar el recuerdo de Darío Gonzatti, un buceador que perdió la vida en esta zona durante una inmersión. Para quienes les encante bucear, será una experiencia emocionante que no se podrán perder, pero también es posible vislumbrarla desde la superficies en días tranquilos. Muchas parejas apasionadas por el buceo eligen este lugar simbólico para darse el «sí, quiero». Existen otras reproducciones en la costa de St. George, Granada (al sureste del mar Caribe) en 1961, y posteriormente al Parque Estatal John Pennekamp Coral Reef, en Cayo Largo, Florida, en 1965.

Recomendaciones para fotografiar: sube a la Torre Doria par contemplar las vistas y desde un barco podrás admirar la bahía.

Recomendaciones de eventos: el último sábado de julio, se celebra una emotiva ceremonia en memoria de los fallecidos en el mar.

Recomendaciones para comer: la bahía es pequeña pero podrás probar los platos ligures en Da Laura, Ristorante Da Giovanni o en La Cantina.

Platos Recomendados: no te olvides de probar las Lasagnette al pesto o los Gamberi di Santa Margherita. En cuanto a  vinos tienes el Portofino DOC.

Recomendaciones para dormir: no hay alojamientos en San Fruttuoso, pero podrás descansar cerca en hoteles como Sunrise Apartment, Regina Elena Dependance, Il Timone, Albergo Annabella, MA Hotel y PLAN SEA Guest House en Santa Margherita Ligure; en Porta del Parco, Affittacamere Columbus, B&B Il pesce d’oro, La Gioia o en Al Porto 61 en Camogli; Studio Vaniglia, Bilocale Golf One Bedroom & Living Room with Sofa Bed, Casa Marosa, The house of life o en Sweet Lucy en Rapallo.

Recomendaciones para aparcar: podrás llegar allí a través de varios senderos de dificultad media-alta de unas dos horas y media de caminata, pero mi mejor consejo es el de llegar allí por mar, una experiencia inolvidable ya que tendrás una perspectiva única de la bahía. Podrás llegar desde Camogli (el más cercano, a tan solo 5 min en barco), Punta Chiappa, Portofino, Santa Margherita, Recco, Rapallo, Sestri Levante, Lavagna, Chiavari o del puerto de Genova.

Recomendaciones para hacer senderismo: el Percorso 1 es el Sentiero delle Batterie y el Percorso 2 se trata del Sentiero delle Pietre Strette.

Recomendaciones para visitar en los alrededores: podrás conocer poblaciones como Camogli, Portofino, Santa Margherita Ligure o visitar ciudades como Génova o La Spezia.